viernes, 26 de junio de 2015

Personas con hipersensibilidad electromagnética hacen visible un problema social

Nos parece tan interesante este artículo de Miguel Jara que, con su permiso, nos vamos a permitir la licencia de reproducirlo aquí íntehgramente...

Con motivo del Día Internacional contra la Contaminación Electromagnética, el viernes 26 de junio, se celebró en Madrid la Jornada “¿Hacia un reconocimiento integral de laelectrohipersensibilidad en Europa? La escuela ¿cantera de electrosensibles?” 
El acto estuvo organizado por la Plataforma Estatal Contra la Contaminación Electromagnética(PECCEM) y la asociación de reciente creación "Electrosensibles por el Derecho a la Salud" con la mediación de la eurodiputada francesa Michèle Rivasi y otros representantes de Los Verdes/Alianza Libre Europea y del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica.
La existencia de un dictamen proteccionista sobre hipersensibilidad electromagnética (EHS) en el seno del Comité Económico y Social Europeo -CESE- esbozaba las reivindicaciones básicas de las personas electrosensibles (Reconocimiento de Discapacidad Funcional y Enfermedad Ambiental, creación de zonas blancas o libres de esta contaminación, etc).
Su no aprobación en Pleno conllevó denuncias por conflicto de intereses ante la Defensora del Pueblo Europeo, la cual ya ha abierto una investigación.
Las llamadas de alerta, especialmente a la población infanto-juvenil, ante el crecimiento exponencial a la exposición a campos electromagnéticos artificiales realizadas desde instituciones como el Parlamento Europeo (2008, 2009), la Agencia Europea del Medio Ambiente (2007, 2009, 2011, 2013) o la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa(Resolución 1815/2011), abren el debate sobre la vulnerabilidad y desprotección, sobre todo de la población más joven, ante el despliegue de tecnologías inalámbricas en el ámbito educativo, en la línea de escuelas libres de contaminación electromagnética como antes ya lo fueron declaradas libres del humo del tabaco y de la comida basura.
Tiene mérito la lucha de estas personas, que no pueden vivir su vida ni hacer lo que cualquier otra, porque hoy, para que funcionen las tecnologías inalámbricas -tan útiles para tantas cosas-, hemos creado una red invisible de ondas electromagnéticas que afectan a cada vez más personas y les daña.
Ellas son la punta de un iceberg que si no se toman ya medidas emergerá en próximos años con resultados desconocidos pero previsibles.
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miércoles, 24 de junio de 2015

24 de junio. Dia Internacional contra la Contaminación Electromagnética

         El pasado día 13 de junio se invistieron nuevos alcaldes y concejales, y más allá de las esperanzas de cambio que cada persona se haya imaginado para el futuro de las legislaturas que se les pone por delante, en un amplio abanico de cuestiones y temas de primerísima importancia, o no, lo que sí parece pertinente hacer es recordar a los nuevos responsables municipales algunas de sus obligaciones para con la salud y el bienestar de sus vecinos. En la mayoría de estos electos munícipes existe la penosa e injustificada convicción de que la salud de los leoneses y leonesas es una cuestión del gobierno de la Junta, dado que la asistencia sanitaria es competencia autonómica, como si la salud de las personas sólo dependiese de su dispositivo asistencial sanitario (en nuestro escenario representado por Sacyl). Y no parece que estos legítimos responsables municipales sean conscientes de que la salud va más allá de los dispositivos asistenciales, abarcando otros determinantes como pueden ser los aspectos genéticos de cada persona, o los de los propios estilos de vida, o, y esto es lo que queremos resaltar hoy, el impacto que el entorno en el que las personas viven ejerce sobre esas personas, entorno que no es otro que el ámbito medioambiental en el que desarrollan sus actividades habituales, domésticas, lúdicas ó laborales.
Y a la hora de ahondar en esos diferentes determinantes medioambientales, son muchas las amenazas para la salud que deberían ser valoradas por los nuevos responsables municipales, por relacionarse con las competencias que éstos deben asumir, y entre las que deberíamos mencionar el tratamiento de residuos y basuras, las tareas de las comisiones de saneamiento, de la higiene alimentaria, del agua de la red pública, de la contaminación urbana, de los asuntos de las viviendas, de la contaminación atmosférica física y química, etc…y además hoy, 24 de junio, muy especialmente deberíamos hablar de la contaminación electromagnética provocada por las antenas de telefonía, los wifi, los wimax, etc, por ser ésta fecha la elegida y proclamada como Día Internacional contra la Contaminación Electromagnética...
Quizá no todo el mundo sepa el impacto que las ondas electromagnéticas ejerce sobra la salud de las personas, pero recogiendo las afirmaciones de muchos y diversos expertos en salud nacionales e internacionales (como la propia OMS), la contaminación electromagnética está relacionada con posibles trastornos neurológicos (irritabilidad, cefalea, hiperexcitabilidad, somnolencia, temblores, mareos), trastornos mentales (alteraciones del humor, depresiones, tendencias suicidas), trastornos cardiopulmonares (alteraciones de la frecuencia cardiaca, de la tensión arterial y alteraciones vasculares periféricas), trastornos reproductivos (alteraciones del ciclo menstrual, abortos, infertilidad y disminución de la libido sexual), trastornos dermatológicos (dermatitis inespecíficas y alergias cutáneas), trastornos hormonales (alteraciones en el ritmo y niveles de melatonina, substancias neurosecretoras y hormonas sexuales), trastornos inmunológicos (alteraciones del sistema de inmunovigilancia antiinfecciosa y antitumoral), fibromialgia, y también se relaciona con el incremento del riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, como las leucemias infantiles, el cáncer de mama, y otros tumores del sistema nervioso central de la infancia.
Tampoco sabe la mayoría de la población que la legislación española (Ley General de Telecomunicaciones, de 9 de mayo de 2014) resulta tan laxa y permisiva, y a la vez tan agresiva para las personas, que supera en cientos de veces los topes de radiación aconsejados por determinadas instancias internacionales, así como también las que se aplican en la mayoría de los países de la Unión Europea, pero que, a su vez, no impide la posibilidad de que los ayuntamientos introduzcan mecanismos de regulación de sus normativas municipales, en aras de atenuar esta abusiva y nefasta legislación vigente que sólo favorece a las empresas de telefonía a costa del derecho a la salud de las personas.
Hoy ya tenemos nuevas y nuevos alcaldes y concejales, y deberán ser éstos los que se informen de esta situación para que, una vez conocidas estas circunstancias que denunciamos, trabajen en la línea de propiciar una atmósfera en su ámbito municipal que respete unas mínimas condiciones de precaución y prevención de riesgos electromagnéticos. No sólo la usurpación de azoteas y espacios públicos por parte de las empresas de telefonía deberían ser derogadas, sino, y muy especialmente, el entorno de guarderías, colegios, espacios universitarios, hospitales, centros sanitarios y geriátricos, parques, etc…deberán ser protegidos por normativas municipales, como así ya se hace en algunas ciudades españolas y en multitud de ciudades europeas.
Nuestra asociación Alcoe (integrada en la Plataforma Estatal contra la Contaminación Electromagnética, Peccem) espera que nuestros nuevos representantes municipales inicien una gestión responsable y coherente en la defensa de la salud de sus vecinos y vecinas, y que su gestión suponga que esos nuevos ayuntamientos asumen la necesidad de transformar y convertir la actual y peligrosa situación en otra en la que sean unas nuevas ondas las que permitan compaginar el innegable avance tecnológico, imprescindible y necesario, con las irrenunciables medidas de protección de la salud de sus vecinos y vecinas en cumplimiento del más elemental «principio de precaución».

Existen multitud de referencias bibliográficas sobre estudios médicos de asociaciones y sociedades médicas de prestigio (que no procede comentar aquí) que anuncian y advierten de la necesidad de tomar medidas correctoras y preventivas en este asunto. A las nuevas y nuevos alcaldes y concejales se lo queremos recordar y, porque parece que se promete e impone un cambio en la forma de hacer política, es por lo que esperamos sean sensibles y receptivos ante esta situación… Así lo esperamos y así, a ellos y a ellas, les esperamos con esperanza e inquietud…

¿ Porqué "Bereberturix" ?

En atención a la discreción o el excesivo pudor de muchos de las y los sufridores lectores de este blog, unos amigos y otros quizá no, y que tanto se resisten a satisfacer su curiosidad por la razón del nombre "Bereberturix" pues nunca me lo han preguntado directamente, en atención a ellos, digo, me veo en la obligación a explicarlo ahora. Tarde, sí, es posible, pero oportuno siempre, creo.
     Y no lo podría explicar mejor que transcribiendo literalmente un párrafo de la literatura española de la época de la guerra de Marruecos.
     Este grandísismo observador social, canario de nacimiento y madrileño de adopción, eterno, autor de novelas inmortales costumbristas, y estilete social de la burguesía de entonces, decía por boca de uno de sus personajes en una de sus novelas...
    "Veo en mi raza confundidas las grandezas árabes con las ibéricas (celtibéricas), así en la guerra como en la política y en las artes, y aspiro a mantener fraternidad con los que fueron mis conquistadores y luego mis conquistados...Pues yo te digo ahora para que te pasmes, y pasmándote vayas aprendiendo, que toda guerra que mis hijos traben con gente mora, me parecerá guerra civil". 
    Y es la seguridad que me consta de que por mis venas discurre sangre compartida, bereber y celta, la que me inspira el nombre que nos ocupa. Y no hay más.
                                       
    
                                                                (Fuente.- "El caballero encantado")

DEMOCRATIZAR LA SANIDAD

La indignación hacia todo lo que rodea la res publica que viene demostrando la sociedad española, especialmente en los dos últimos años, y que se expresó en movilizaciones espontáneas y atomizadas como fueron los movimientos del 15M, del 22M y otros posteriores, no debe ser tenida por temporal ni por coyuntural. Esta indignación visualizada ahora en la última encuesta de Metroscopia, en la que parece comprobarse el anhelo de una parte importante de la sociedad por forjar un escenario político y social más transparente, democratizado, y acorde con los tiempos que unas generaciones que no vivieron la transición desean protagonizar, es la que exige ajustar de una vez por todas sus cuentas pendientes con una banda de corruptos y arribistas a la política, que adulteran el noble ejercicio de la misma.
 La irrupción en el escenario electoral de una fuerza como Podemos no es sino la respuesta del conjunto de la sociedad al expolio que ejerce una generación entera de cínicos y prepotentes representantes de la soberanía popular, encuadrados en los dos grandes partidos, los cuales, en un ejercicio de malabarismo e ingeniería de la levitación, no han sabido entender nada de lo que está ocurriendo en el seno de la sociedad a la que dicen representar.
Nadie sabe a ciencia cierta lo que ocurrirá a partir de las próximas elecciones generales, y si se reproducirán los resultados que augura esa encuesta ó si, por el contrario, el vértigo ante lo desconocido obrará de urgencia en favor del viejo bipartidismo, pero una cosa parece clara, y es que ya nada será igual. Y es precisamente en ese escenario en el que algo cambiará, por poco que sea, y donde los elegidos futuros gobernantes deberán intentar entender lo que desea la sociedad española del siglo XXI.  
De entre todo el abanico del amplio desideratum cristalizado a partir del cambio de nuevas promesas y esperanzas anunciadas para la población, por parte de las formaciones políticas que concurrirán al proceso electoral, no cabe el ignorar cómo debería afectar ese cambio (leve o radical) a la gestión y oferta de prestaciones asistenciales de los distintos servicios públicos en general, y de la sanidad en particular.
La sociedad española se ha pronunciado, mayoritaria y reiteradas veces, en favor de mantener un sistema de salud público, financiado, gestionado y prestado con recursos públicos, y adecuado a las necesidades de salud de la población y no sometido a las veleidades de criterios economicistas que, casi siempre, se acaban supeditando a la ley de lo rentable en términos monetarios, sin considerar que la salud individual y colectiva debe estar por encima de criterios de naturaleza mercantilista.
Pero más allá de mantener la gratuidad, universalidad, y equidad de este sistema sanitario público, (aspectos éstos por cierto no negociables para el modelo sanitario a reparar tras el deterioro causado por la ley 16/2012), hay otro aspecto de este modelo que se suele obviar y que, en nuestra opinión, es sustancial para el deseable funcionamiento del sistema sanitario, así como para su viabilidad y mantenimiento. Y estamos hablando de la participación de la población, y de la capacidad que debe otorgársele a ésta para que se implique, debata, planifique y elija las prioridades que deben regir para la obtención de la mejor salud colectiva deseable, así como para auditar periódicamente su gestión y la consecución de objetivos. Consiste, para ser más claros, en conseguir democratizar el sector de la salud, acercándolo a sus legítimos dueños que no son otros que los propios ciudadanos y ciudadanas.  Y todo ello en un marco en el que los gerentes y gestores deberán profesionalizar sus decisiones siempre en base a los criterios que la población, con el asesoramiento técnico de los profesionales, decida y consensúe en los foros que al efecto habrá que constituir. La sociedad debe empoderarse y hacerse oir ante las presiones e intereses bastardos que abundan en el sector sanitario, y deberá demostrar su madurez comprometiéndose a participar en el devenir de su sistema sanitario, el cual siempre nos resultará insuficiente (pues los recursos nunca son ilimitados), pero al menos deberá ser coherente con lo que la población, libre e informada, decida.

Así pues, si resulta cierto que nada será igual a partir de las próximas elecciones, lo que parece irrenunciable es que la propia sociedad deba comenzar a trabajar, sin esperar cuatro años para otra convocatoria en urnas (interpretación reduccionista y trivial de lo que debe ser la democracia), para así, día a día, participar, formarse e informarse, debatir y planificar su propio sistema sanitario, su gestión, su financiación, sus objetivos y su provisión. La constitución de un Foro Social Sanitario con verdadera capacidad decisoria en sus distintos niveles asamblearios, es decir, estatal, autonómico, de áreas de salud, municipal, de barrio, etc…es el reto que se nos presenta. Algunas y algunos ya estamos trabajando en ello.

sábado, 28 de junio de 2014

“El riesgo de estar en la onda”

    Hace unos años tuve la ocasión de tratar a una paciente que padecía lo que para el conjunto de mis compañeros se catalogó como trastorno psicosomático, demostrándose después que estábamos ante una enfermedad nueva para muchos de nosotros…la llamada Lipodistrofia Semicircular, que se presentaba con dolor, calambres, adelgazamiento e impotencia funcional en las extremidades inferiores, siendo hoy una enfermedad ya catalogada como enfermedad laboral en algunos países europeos, y provocada por la sinergia ó coexistencia de tres factores, a saber, una especial sensibilidad individual, un mobiliario metálico, y todo ello en una atmósfera ó ambiente electromagnético…
    El pasado día 24 de junio, se celebró el Día Internacional  contra la Contaminación Electromagnética, y por ello en estos días, al menos ahora, sí deberíamos permitirnos hacer algunas reflexiones al respecto y que apuntan a nuestra difícil convivencia con un medio ambiente preñado de antenas de telefonía móvil, de espacios wi-fi domésticos y en locales públicos, del wimax en el espacio rural, de teléfonos inalámbricos, de microondas, de placas de vitrocerámica de inducción, etc…como elementos más destacados, usados, y peligrosos .
    La población debe saber que aunque desde nuestros orígenes, el ser humano siempre vivió en un ambiente sometido a influencias eléctricas y magnéticas, aquellas eran de naturaleza terrestre y natural y nunca como las que ahora nos amenazan, que son resultantes de la acción desarrollista y avance tecnológico humanos, y que suponen emisiones de ondas con potencias, frecuencias, y tiempos de exposición muy superiores, desconocidos y mal tolerados hasta el momento,  y lo que es más grave y según muchos expertos, conteniendo un alto riesgo de impacto negativo para la salud de las personas. 
    No vamos a introducirnos en tediosas explicaciones sobre los herzios, microwatios, megahercios, ciclos, gigahercios, etc…pues eso lo dejaremos para los técnicos y para quienes quieran ampliar esta información (http://www.peccem.org/), pero sí es necesario que la población conozca que existe un sinfín de estudios que relacionan la contaminación electromagnética con alteraciones del sueño, con trastornos endocrinológicos (especialmente en la secreción de metionina y hormonas reproductoras), con la depresión, con alteraciones del sistema nervioso, con la muy reciente eclosión del Alzheimer, con la aún desconocida fibromialgia, e incluso con la mayor incidencia de leucemia y otras formas de procesos cancerosos. Como muestra, basta el recordar simplemente dos de los episodios más tristemente célebres de nuestro país en esta materia, como son los casos de cáncer del Colegio Quintana de Valladolid, o los fallecimientos de Majadahonda. 
    Es por estas experiencias, y por muchas más, que las autoridades sanitarias internacionales, la OMS y la UE entre ellas, han dispuesto recomendaciones que regulan y limitan estas emisiones, (Resolución 1815 Consejo de Europa 2011, Resolución de Salzburgo, Comité STOA,  Informe BioIniative, Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, etc, ) y lo limitan tanto en cuanto a potencias y número de antenas, como en cuanto a espacios protegidos de estas emisiones (como son los colegios por ejemplo), y todo ello en base a los riesgos que estas emisiones suponen para la salud de las personas y bajo un elemental “principio de precaución” que se acepta y defiende desde el punto de vista de la salud pública.         Pues bien, la población española debe saber que esos límites están superados en miles de veces por la muy permisiva legislación española, que parece exhibir así una dejación en su obligada actuación preventiva y protectora de la salud de sus ciudadanos. Pero no sólo es que en España se permiten potencias escandalosamente superiores al resto de Europa, desoyendo así  las recomendaciones mencionadas y los múltiples estudios realizados al respecto, sino que recientemente se han aprobado en España dos disposiciones potencialmente dañinas para nuestra salud. Una es la nueva Ley de Telecomunicaciones, en base a la cual, las empresas operadoras van a utilizar, como si fuese una expropiación forzosa, las azoteas y terrazas de las viviendas sin el consentimiento de los vecinos para instalar allí sus antenas, y siempre según los intereses comerciales de estas multinacionales de telefonía. La otra, es el decreto por el que se le permite a las compañías eléctricas la implantación de los nuevos contadores de consumo, basado en tecnología PLC (Power Line Communication), y cuya instalación será obligada en todo el territorio para el 2008, y que conlleva la extensión de un espacio contaminado de ondas electromagnéticas por todos los edificios sin excepción y sin capacidad de resistencia por parte de sus vecinos.
      Estas dos disposiciones, cada una en su estilo pero ambas abusivas y represoras hacia el espacio íntimo de las familias, y valedoras sólo de los intereses comerciales de las operadoras de telefonía móvil por encima de la salud de las personas, es especialmente despreciativa respecto del principio de precaución que sugieren las autoridades europeas, y debe sugerir a la población a que busque información al respecto, y se organice colectivamente.
La asociación leonesa ALCOE  (integrada en la estatal PECCEM), está constituída por personas que no son cavernícolas que buscan el  que la sociedad se retrotraiga a tiempos primitivos, como tampoco renuncian a las ventajas de las nuevas tecnologías de la comunicación, sino que sólo pretenden el permitir profundizar en los estudios iniciados aún en marcha, buscar las alternativas saludables ya existentes, atender adecuadamente a cuantos expertos afirman su efecto contra la salud de las personas, solicitando el adaptar nuestra legislación a las recomendaciones internacionales, para, mientras tanto, exigir, ejercitar y observar escrupulosamente el obligado “principio de precaución” recomendado por la comunidad científica nacional e internacional. 
     No se trata de ser alarmistas pero si esto no se cumple y algún día no muy lejano, como así nos tememos, se llega a comprobar fehacientemente que las ondas emitidas en nuestras ciudades y pueblos, a las potencias permitidas aquí, han resultado determinantes causales o coadyuvantes en la intensificación ó aparición de de determinadas enfermedades y más concretamente en niños y pacientes vulnerables, entonces se deberán buscar responsabilidades políticas y también penales, y quién sabe si éstas no podrán ser (probado ya el consciente y obstinado incumplimiento del principio de precaución ante los estudios realizados) quizá incluso compatibles con la figura tipificada como “presumible” delito de salud pública por parte de los responsables de la actual situación.

viernes, 21 de febrero de 2014

LA SALUD AMENAZADA

      Salas de espera abarrotadas, interminables horas de demora para ser atendidos en urgencias, expedientes y pruebas de laboratorio que se extravían, consultas que inesperadamente cambian de médico, intervenciones quirúrgicas que se aplazan, enfermos que esperan a primeros de mes para comprar sus medicamentos, ó que sencillamente no los toman, personas que se quedan sin cobertura sanitaria, camas con enfermos en los pasillos de los hospitales, ancianos que dejan de ser atendidos en sus domicilios...¡¡es la crisis!!...¡¡y es lo que hay!!
      Muchas personas aún creen que los recortes que padecemos en la sanidad pública española son consecuencia de la llamada crisis. Y así, más o menos, los ciudadanos y ciudadanas vienen observando y padeciendo cómo, en España, una de las joyas de la corona de las conquistas sociales arañadas en nuestra penosa transición, está tocada en su línea de flotación, y aunque es verdad que lo padecen unas CCAA más que otras, esta realidad debería someterse a un mínimo ejercicio de recuerdo histórico. Sería la única manera en la que comprenderemos lo que está ocurriendo, su dimensión, y la dificultad del escenario para su pertinente abordaje.
      Porque al igual que ocurre con los maremotos, es cierto que en estos momentos estamos padeciendo una gran ola de dimensiones devastadoras, pero el error de cálculo reside en creer que el epicentro del tsunami estuvo en 2008, es decir, cuando se desencadenó esta llamada crisis, y no en 1980 que es cuando realmente comienza a gestarse la catástrofe...
Pero hagamos memoria...aunque tranquilos...que será una breve historia.
     Es por todos sabido que en 1948, al acabar la 2ª Guerra Mundial, el parlamento inglés aprobó el Informe Beveridge  sobre el Sistema de Seguridad Social, un informe que contenía la propuesta primogenia del National Health Service en el Reino Unido, y que fue coincidiendo con la implantación de los llamados “Estados de Bienestar” cuando la idea de sanidad pública comienza a cambiar (la construcción del modelo del welfare state abarca desde la finalización de la segunda guerra mundial hasta la crisis del 1973). A partir de la crisis del petróleo en ése 1973 desencadenada por la guerra del Yom Kippur, y reforzado por la posterior crisis económica occidental de los 80´, las instituciones internacionales, como el FMI creado en 1944, el Banco Mundial creado en el mismo año, y sobretodo la Organización Mundial de Comercio nacida ya en 1994, de común acuerdo con una Unión Europea casi nonata aún, comienzan a ser influenciadas por las teorías económicas neoliberales nacidas de la Escuela de Chicago, siendo precisamente a partir de los 80´ cuando las cosas empiezan a ponerse ásperas.    
    ¿Qué ocurrió entonces entre la década de los 80´ y 90´ ?
     Pues que el nuevo paradigma neoliberal resulta finalmente formulado en 1990 en el Consenso de Washington (inspirado por la Escuela de Chicago de 1950), concluyendo en afirmar que el actual “estado benefactor” era el culpable del estancamiento económico, del déficit fiscal y de la “ineficiencia” de los servicios públicos., y así, el máximo pope del neoliberalismo, Milton Friedman, propone para ello comenzar a adelgazar el Estado, fomentando el libre acceso a los capitales transnacionales privatizando los servicios públicos, y privilegiando el valor financiero sobre el valor productivo. Siguiendo esta lógica, el objetivo va a consistir en que el Estado se retire como garante de los servicios sociales básicos, delegando su capacidad reguladora en el libre mercado, y responsabilizando a los ciudadanos y ciudadanas de su propia capacidad de acceder a los servicios públicos como sanidad, educación ó servicios sociales, con lo que esos derechos se van transformando en mercancías.
     Podríamos así decir que si los cerebros del cambio fueron los neoliberales del Consenso de Washington inspirados en la Escuela Económica de Chicago, los motores reales del mismo fueron la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial (Informes 1987 y 1993), y finalmente la Unión Europa (UE), consolidando ésta su posición en el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios y en la posterior Directiva Bolkestein.

     Así es que, como dice Eric Hobsbawn, La “época de oro” se acabó, y puede considerarse que el “orden” heredado de la 2ª Guerra Mundial se quebraba para ser sustituido por un nuevo orden neoliberal, orden que se expande y muy especialmente y con toda virulencia a partir del ataque a EEUU en septiembre de 2001.
Frases como la de Joseph Stiglitz (Premio Nobel de Economía 2001, y ex-Vicepresidente del BM) cuando decía  “En teoría, el FMI apoya a las instituciones democráticas en las naciones que atiende, pero en la práctica socava el proceso democrático mediante la imposición de sus políticas”, o la de Michael Servoz (Comisión para los Servicios en el Simposium “ Commentary GATS 2000 New Directions in Services Trade Liberations”) que afirmó que “la Salud, la educación y el medio ambiente....están maduros para su liberalización en la UE”... ó la frase de Pascual Lamy...(Director General de la OMC)  que en  el Council for Internacional Bussnines de USA en 1999) en que revelaba “Aprender de SEATTLE:...negociando fuera de las miradas curiosas de los ciudadanos atentos...”...todas estas alocuciones, pronunciadas por personas con mucho peso y conocimiento sobre esas institucioes internacionales, no pueden negar la evidencia.   

     Expertos de reconocido prestigio en el mundo científico sanitario, como Milton Terris (Association for Public Health Policy and the Society for Epidemiological Research), definía antes de morir en el año 2000 (y por lo tanto, muy anterior a nuestra actual crisis) que el futuro de los servicios sanitarios vendría dada porque “en sanidad, la estrategia de neoliberalización consiste en conectar el mundo sanitario con el modelo consumista de la sociedad capitalista” (como paradigma neoliberal formulado a partir de 1989 por John Williamson,  Consenso de Washington), y además auguraba que, en el futuro, las fuerzas que avanzarían en la implantación del neoliberalismo sanitario acometerían: 1º.- La disminución del Estado y del gasto publico, con la introducción de copagos; 2º.La expansión del sector privado de la Salud; y 3º. La desregulación del sector publico de la salud, fragmentándolo, fomentando la competencia interna, y creando un  mercado interno sanitario...¡¡ Y todo esto antes del año 2000 !!....

    Mientras tanto, España, que había promulgado en 1986 su Ley General de Sanidad con la creación del flamante SNS, sólo cinco años después, en 1991, ve amenazada esa conquista social con la propuesta de implantación de fórmulas de privatización como la del conocido Informe Abril, y todo ello apoyado entonces por el gobierno socialdemócrata de Felipe González. A partir de ahí, las tesis privatizadoras no han cesado de amenazar a la sanidad pública española...hasta hoy.
   
     En el 2008 aparece la actual crisis, y a estas viejas tesis privatizadoras se les comienza a presentar así la gran coartada como excusa perfecta para su proyecto.
    Creemos que, dicho lo dicho, nadie debería dudar de cómo los recortes en sanidad no tienen ninguna relación con la crisis, sino con una tentativa, ya añeja, de torpedear y proceder al derribo de la sanidad pública, para “abrir la tarta” en beneficio de intereses particulares y del mercado financiero y también del especulativo.
   Lo que la sociedad española haga a partir de ahora, o deba hacer, para defender sus derechos, deberá ser objeto de otro análisis posterior en el que todos y todas deberíamos implicarnos.
                    Fuente.- Propia // (Tribuna publicada el 6 de febrero de 2014 en "La Nueva Crónica")
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miércoles, 8 de enero de 2014

Las Vacunas son cuestionadas

     Es cierto que algunos de nosotros (médicos en ejercicio, eméritos, o ya retirados) nos hemos venido mostrando muy escépticos respecto a la utilización masiva e incondicional, así como a su recomendación, de algunas vacunas,...y en concreto alguna reciente contra la Gripe ó muy especialmente la del Virus del Papiloma Humano...Por ello hemos recibido no pocas críticas furibundas por parte de los fundamentalistas de la tecnología médico-farmacéutica, y especialmente por aquellos que, como es lógico, suelen verse beneficiados y/o financiados por la propia industria. 
       Por esto es por lo que se hace interesante el reproducir lo que publica la revista Natural News, relativo a cómo esos defensores de la vacuna son conocidos por indignarse cuando alguien cuestiona la seguridad de las vacunas, diciendo que un extenso historial de seguridad y rigurosas pruebas “hablan de su seguridad”. Pero la verdad del asunto es que la industria de las vacunas ha empleado grandes esfuerzos para asegurarse de que solamente los estudios favorables sean llevados a cabo, usando criterios de la investigación dudosos que les favorece para el consumo público.
      Una industria masiva de prestidigitación que oculta la verdad sobre las vacunas detrás de un espeso velo de desinformación.
      Hay mucho de “seudociencia” detrás de las vacunas que muchas personas desconocen simplemente, como el hecho de que la mayoría de las vacunas no son ni seguras, ni están probadas contra los placebos, por ejemplo. Luego está el tema de un grupo de control no vacunados junto a un grupo vacunado, ambos de los cuales se expondría al mismo patógeno como parte de un análisis observacional. Ni siquiera se ha realizado este tipo de prueba de seguridad, porque muchos consideran que su construcción podría ser “poco ético” basado en una suposición ilógica basada en que el grupo no vacunado sería «no protegido» de dicho agente patógeno.
       Estos y otros métodos astutos en última instancia ocultan la verdad sobre las vacunas y sus peligros documentados y ocultos al público, siendo éste el modus operandi de Big Pharma, que ha engañado con esmero a las masas en el pensamiento de que las vacunas han sido extensiva e indiscutiblemente demostradas como seguras.
       En un reciente artículo para “VacTruth.com”, Markus Heinze echa un vistazo a la metodología defectuosa detrás de los estudios de seguridad, explicando a sus lectores y utilizando analogías simples, del porqué es tan absurdo el dogma prevaleciente de las vacunas. Utilizando varios prospectos de vacunas como evidencia, Heinze divulga la verdad acerca de cómo compañías dicen literalmente hacer “test de seguridad” de sus vacunas contra otras vacunas en lugar de los placebos, lo que compromete totalmente sus resultados.
       Por ejemplo, la vacuna GlaxoSmithKline contra la hepatitis B (GSK) ENGERIX-B para los niños es el primer ejemplo, pues explica cómo el prospecto para esta vacuna revela que era de probada seguridad contra una vacuna diferente en lugar de un placebo, o bien de una simple solución salina. Puesto que ambas vacunas utilizadas en este estudio produjeron probablemente efectos adversos, GSK eligió la vacuna “control”, pues después de todo su fabricante fue capaz de llegar a la conclusión predeterminada que ENGERIX-B no viene con un elevado riesgo de efectos secundarios dañinos.
“Lo que debió haber hecho la compañía farmacéutica es inyectar un grupo con la vacuna y el otro grupo con placebo no vacuna (es decir, solución salina),” escribe Heinze. “En cambio, lo que hizo la compañía farmacéutica, fue inyectar un grupo con la vacuna contra la hepatitis B y el otro grupo con una vacuna diferente. Luego monitorearon ambos grupos y descubrieron que los destinatarios de su vacuna no tenían “ninguna diferencia significativa en la frecuencia o gravedad de experiencias adversas” en comparación con los receptores de otras vacunas.”
        Para ilustrar lo absurdo de este diseño del estudio, Heinze lo compara con una prueba de seguridad hipotética de un producto de un Big Mac, con un McDonalds que utiliza un Whopper de Burger King como “control”. Obviamente, los resultados van a ser similares, pues los productos en cuestión son similares; el Big Mac es “no más letal que el Whopper” sería la absurda conclusión de este estudio, si alguna vez llegara a realizarse...
     Y parece ser que esto es exactamente lo que está haciendo la industria de las vacunas para probar la “seguridad” de sus preparados, y es algo que pocas personas conocen. Hasta la fecha, ni un solo estudio independiente, se ha realizado sobre la seguridad de las vacunas mediante comparaciones legítimas para llegar a resultados imparciales. Algunos miembros del Congreso de los EEUU, incluyendo el Representante Bill Posey desde Florida, han tratado de introducir una legislación que requiera este tipo de estudio, pero tales esfuerzos han sido infructuosos hasta ahora.
Tendremos que seguir esperando...pero mientras...¿qué hacemos?
                           ( Fuente.- Propia // VacTruth.com // NuevasMentes)